miércoles, 13 de febrero de 2013

La República Dominicana establecerá marca de jugadores en béisbol de Japón; Grandes incentivos atraen a figuras que no encuentran espacio en las Grandes Ligas



SANTO DOMINGO. El desempeño de Daniel Cabrera con el Escogido la pasada campaña lo devolvió al mapa del béisbol, y en diciembre a su agente le llovían las ofertas para regresar a las Grandes Ligas. Pero todas tenían el asterisco de contratos de liga menor con invitación a Campos de Entrenamientos.
En esa circunstancia, si Cabrera impresionaba en Arizona o Florida podía asegurar poco más del mínimo (US$480 mil antes del 40% de impuestos), pero había una gran posibilidad de que fuera enviado a ligas menores ganando alrededor de US$15 mil al mes en una campaña de cinco meses.
Ante esa incertidumbre, el derecho petromacorisano de 31 años prefirió optar por pájaro en manos que 100 volando y se montó en el barco que en años recientes abordaron Wily Mo Peña, Esteban Germán y Jorge Sosa: Japón.
Cabrera aceptó un contrato de US$400 mil con los Dragones de Chunichi por una temporada en una liga, donde los pactos vienen cargados de incentivos que en muchos casos se tornan más atractivos que los de las Grandes Ligas para jugadores de su nivel.
La campaña 2013 de la Liga Profesional Nipona, que comenzó sus entrenamientos la semana pasada, contará con nueve jugadores dominicanos diseminados en cinco de los 12 equipos, una cantidad jamás registrada, según el Japan Pro Baseball Fan Handbook & Media Guide y el portal Béisbol Japonés.com.
Además de Cabrera y Héctor Luna, Chunichi tendrá en su nómina a Víctor Díaz. En las Estrellas de DeNa estarán Sosa y Tony Blanco; en los Leones de Seibú, José Ortiz y Esteban Germán, mientras que los Marinos de Lotte tienen a Carlos Rosa, y los Halcones de SoftBank a Wily Mo Peña.
Desde que Julio Linares abriera la puerta en 1971, con los Tiyo de Kawasaki, hasta la estación pasada, un total de 83 criollos han militado en la máxima categoría del Imperio del Sol Naciente, una cifra que casi triplica al más cercano competidor, Venezuela, que tiene 30.
Ese grupo incluye a figuras como Mateo Alou, Rafael Batista, Winston Llenas, Julio Franco, Domingo Martínez, Tony Fernández y Tony Batista.
"Cabrera y Sosa lo que están pensando es que lo que se pueden ganar en Grandes Ligas en el año, en Japón lo pueden hacer en dos meses", dijo a DL Edward Valdez, derecho que trabajó en 2010 con los Dragones de Chunichi.
"Si Cabrera gana 15 juegos puede amasar un gran dinero que no será posible hacerlo este año en Estados Unidos", dijo Valdez.
Luna, de 33 años, pasó por 11 organizaciones y estuvo en la agencia libre nueve veces desde que firmara para el profesionalismo en 1999 con los Indios. Su mayor salario lo recibió en 2007, US$408,300 con los Azulejos. Su pacto con Chunichi le garantiza US$400 mil, pero podría doblar esa cifra si logra pegar los 20 jonrones, remolcar 80 carreras y batear .300 como prometió esta semana.
Sólo de salario, Willy Mo Peña se embolsilló US$1,4 millones en 2012 con los Halcones de SoftBank, en una campaña en la que disparó 21 cuadrangulares y produjo 76 vueltas, cifras que reportan ingresos extras. Tras la campaña 2007, Peña no pudo establecerse en las Grandes Ligas y fue dejado libre por cinco equipos hasta 2011.
Tony Blanco, un infielder sanjuanero que vio poca acción en el país y de breve paso por el Big Show, ha encontrado espacio en Japón, donde juega desde 2009 con categoría de jonronero.
En el caso de Germán, éste se estrenó en el Lejano Oriente en 2012, ganó US$820 mil de salario y acaba de lograr una extensión por dos campañas más. El hainero llegó a superar dos veces el umbral del US$1 millón en los Estados Unidos, pero la oferta japonesa fue más atractiva.
Del grupo que han militado en la principal liga asiática, José Mayobanex Fernández ha sido el más longevo. Tras una campaña en Corea del Sur en 2002, al año siguiente se instaló en Japón y ha jugado las 10 campañas siguientes.
Además de las barreras culturales que tiene en el idioma como principal obstáculo, adaptarse a Japón cuesta. De ahí que los equipos, además de asignarles un traductor, a los jugadores les ofrecen facilidades como llevarse a sus familiares.
La tasa impositiva es un 40% a los salarios. Después del terremoto de 2011, la liga estableció que los partidos no pueden exceder las tres horas y media o las 12 entradas en el caso de la serie regular, para ahorrar electricidad. NPerez@diariolibre.com

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