viernes, 8 de febrero de 2013

JUGADORES DOMINICANOS SERAN CLAVE EN ASPIRACIONES TORONTO



NUEVA YORK. Algo radical ocurre cuando José Reyes decide irse de paseo a algún lugar exótico del planeta.

De vacaciones en Dubai el pasado noviembre, Reyes se levantó de la cama, prendió su teléfono y pasó revista a la batería de mensajes de texto que consignaban que acababa de ser traspasado de los Marlins de Miami a los Azulejos de Toronto.

Un año antes, el torpedero dominicano acababa de regresar a Nueva York tras estar en Bora Bora para encontrarse con ejecutivos de los Marlins en un hotel de Manhattan y recibir la oferta de un contrato de 106 millones y seis millones de dólares que le llevaría a Miami.

Los Marlins eran los amos del universo en esas semanas, el equipo que alegremente repartía cheques a agentes libre para armar una nómina de casi 100 millones de dólares.

Con la apertura de su nuevo estadio bajo techo, Miami vibraba con el título no oficial de "campeones de invierno". Las cámaras de Showtime grababan la intimidad de la gran apuesta. Pero si acaso duró unos meses, cuando las derrotas se amontonaron, el manager Ozzie Guillén se metió en problemas por elogiar a Fidel Castro y el dueño Jeffrey Loria perdió la paciencia cuando quedaron últimos en la división Este de la Liga Nacional.

Reyes se declaró aturdido por el desenlace de su breve estancia en Miami al indicar que el propietario le había dicho unos cuantos días antes que no iba a ser cambiado.

En fin, Reyes inicia 2013 con otro equipo ganador de la corona de "campeones de invierno".

Cansados de estar siempre detrás de todos en el Este de la Liga Americana, hasta de los Orioles de Baltimore el año pasado, los Azulejos decidieron que había llegado el momento de jugárselas con todo en busca de reaparecer en los playoffs, cosa que se les niega desde el bicampeonato de la Serie Mundial obtenido en 1992-93.

Su gerente Alex Anthopoulos realizó toda clase de cambios. La transacción con los Marlins sirvió para obtener a los lanzadores Mark Buehrle y Josh Johnson, a Reyes y el jardinero Emilio Bonifacio a cambio de los campocortos Yunel Escobar y Adeiny Hechavarría y el pitcher Henderson Alvarez, entre otros. Dos cotizados prospectos, el receptor Travis D'Arnaud y el pitcher Noah Syndergaard, fueron cedidos a los Mets por R.A. Dickey, el nudillista que acababa de ganar el premio Cy Young de la Liga Nacional.

Pero ser el número uno en el invierno no es garantía de nada, como se pudo comprobar con las experiencias recientes de los Marlins y los Medias Rojas de Boston.

Reyes cree que Toronto tiene las piezas para romper el patrón.

"La oportunidad que tengo ahora con los Azulejos es mucho mejor", dijo Reyes. "Lo que quiero es un campeonato y este equipo que saldrá a jugar luce muy bueno".

Toronto no fue el único equipo en hacer ruido durante el receso.

En el sur de California, tanto los Dodgers como los Angelinos invirtieron en los agentes libres más codiciados. Zack Greinke se suma a una rotación de abridores en Los Angeles que ya incluía a Clayton Kershaw. El bate de Josh Hamilton complementará a los de Mike Trout y Albert Pujols en los vecinos de Anaheim.

"Hay que ganar tarde o temprano. Eso hace que algunos equipos tengan que arriesgarse para no perder el paso", dijo John Gibbons, de vuelta como piloto de los Azulejos.

Gibbons es uno de los seis nuevos managers. John Farrell pasó de Toronto para dirigir a Boston. Además, Mike Redmond tomó el lugar de Guillén en Miami y Terry Francona dirigirá en Cleveland tras un año fuera. Bo Porter (Houston) y Walt Weiss (Colorado) son los otros dos.

En Florida y Arizona, los entrenamientos de primavera arrancan a todo vapor la semana próxima, más temprano debido a que este año se disputa la tercera edición del Clásico Mundial.

Aún hay varios agentes libres, como Michael Bourne, Kyle Lohse, José Valverde y Francisco Rodríguez, que aún no encuentran un nuevo empleador.

La novedad para la campaña es que los Astros de Houston, que abrirán la temporada regular contra los Rangers de Texas el 31 de marzo, pasaron de la Central de la Liga Nacional al Oeste de la Americana, con lo que ambos circuitos tendrán 15 equipos. El problema de los Astros es son un equipo en el que sólo hay cinco peloteros con tres años de experiencia o más en las mayores, y todo hace presumir que podrían igualar el triste récord de los Mets que entre 1962-65 acumularon tres temporadas seguidas de 106 derrotas o más.

Muchos aún no se percatan, pero los Gigantes de San Francisco pueden estar cerca de convertirse en una dinastía, luego de barrer a Detroit para conquistar su segunda Serie Mundial en tres años.

Con Buster Posey y Pablo Sandoval en la ofensiva y su pitcheo abridor dominante, los Gigantes pueden seguir reinando en el Oeste, pese a que los Dodgers ahora cuentan con una nómina que rebasa los 200 millones.

San Francisco optó por mantener el núcleo del equipo campeón, al renovar los contratos del infielder Marco Scutaro, el jardinero Angel Pagán y el relevista Jeremy Affeldt.

Decididos a controlar sus gastos, para que no pasen del límite de 189 millones en 2014, los Yanquis no hicieron nada del otro mundo, si acaso ofreciendo contratos de corto plazo para retener a Mariano Rivera, Andy Pettitte, Hiroki Kuroda e Ichiro Suzuki. Alex Rodríguez, con su nombre señalado en una investigación por consumo de sustancias dopantes, podría perderse al menos la primera mitad tras una operación en la cadera.

Quizás ha llegado el momento que los Azulejos finalmente superen a unos Yanquis más viejos, más vulnerables y con menos ofensiva de largo metraje.

"Otros van a tener que hacer el trabajo", dijo el piloto de los Yanquis, Joe Girardi. "Quizás este año no vamos a tener que hacerlo a punta de jonrones. Quizás hacerlo con más velocidad"

AP

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