viernes, 7 de diciembre de 2012

Jerry Gil alcanza beneficios de su transición a lanzador



PEDRO BRICEÑO..A pesar de que sus atributos defensivos le merecieron recibir un bono por firmar de 700 mil dólares y de que en su carrera como paracorto llegó a conectar 27 jonrones y remolcar 89 vueltas en una campaña en las Menores, Jerry Gil entendió que su principal futuro estaría como lanzador.
A diferencia de la mayoría de los peloteros, quienes siempre son aconsejados al momento de realizar la transición, el hoy monticulista tomó la decisión de hacerlo por cuenta propia y hoy no se arrepiente de la misma.
Gil, quien en el 2008 se movió desde las paradas cortas al montículo es pieza angular en el relevo de las Estrellas, el cual se convirtió en uno de los factores principales para que esta franquicia se convirtiera en la primera en clasificar para el round robin.
Con solo cuatro años como lanzador, Gil se comporta como todo un veterano, cuya recta a 94 millas la combina con un pitcheo en sinker, nueva arma, el cual ha perfeccionado y lo ranquea entre los mejores relevistas del actual torneo.
Tan así que cuenta con siete de los 15 rescates que registra el relevo de las Estrellas, equipo que encabeza la Liga en ese aspecto, cuatro por delante de los Toros y las Aguilas, ocupantes del segundo puesto en ese renglón. Esta es la mayor cantidad de salvados de los orientales en más de cinco años.
Sus siete rescates representan una marca personal en su carrera. A estos agrega una efectividad de 1.77. En 20.1 de episodios, ha permitido 17 imparables, abanicado 16 y apenas cuenta con cuatro boletos. “Me he sentido mucho más confiado este año que el anterior y esto me ha ayudado bastante en el buen desempeño que he tenido con las Estrellas”, expresa Gil, quien ya en la estación pasada se anotó cinco salvamentos.
Su repertorio se ha visto fortalecido con la inclusión de un sinker, el cual se ha convertido en su nueva arma para neutralizar a sus oponentes. “Ahora puedo depender de más pitcheos, estoy usando más mi bola rápida y tirando mis pitcheos afuera y adentro”, señaló Gil sentado en su casillero.
 La transición a lanzador
El movimiento que convirtió a Gil en lanzador fue propiciado por el mismo. “Al principio fue un poco difícil, me dolía el brazo con frecuencia, pero me fui adaptando poco a poco.
“Mi brazo se ha adaptado, ya me siento mucho mejor, fue algo que le informé al equipo de Cincinnati que quería usar su brazo y al principio no estuvieron de acuerdo, pero después se convencieron”, expresó.

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