viernes, 11 de noviembre de 2011

ELECCION CLARA EN ESTA AGENCIA LIBRE


Cuatro años, tres meses y 23 días, esa es la diferencia de edad entre el dominicano Albert Pujols y Prince Fielder.
Francamente, es la única razón por la que pudiera debatirse cuál de los dos cañoneros agentes libres sería la mejor inversión.
Ambos inicialistas obtendrán contratos multimillonarios este receso de temporada, y algunos - incluyendo mi colega Anthony Castrovince - dicen preferir a Fielder, de 27 años, sobre Pujols, de 31, en gran parte debido a la diferencia de edad entre uno y otro.
No hay duda que ambos pueden llevar lejos a cualquier equipo con su bate. Pero sólo uno de ellos es un talento único, un pelotero como pocos en la historia de Grandes Ligas.
Pujols debería ser la prioridad No. 1, sin importar su edad. El dominicano es tan bueno que el comienzo de su declive como jugador -y no creo que haya llegado a esa instancia todavía- pudiera ser mejor que la cima de la carrera de Fielder, y tan bueno que cuando su nuevo contrato llegue a su fin, el equipo que lo firme pudiera incluso beneficiarse económicamente de todas las marcas que el toletero establecerá.
Como ven, no se trata de que Pujols es simplemente mejor que Fielder. Se trata de que Pujols es mucho mejor que Fielder. Lo ha sido, y debería seguir siéndolo.
Su historial lo dice todo, tres veces nombrado Jugador Más Valioso de la Liga Nacional, 10 temporadas seguidas superando los .300 de promedio de bateo, 30 cuadrangulares y 100 carreras producidas (dos hazañas que Fielder nunca ha logrado). Simplemente échenle un vistazo a los números desde la primera temporada completa de Fielder.
Pujols de 2006-11: Promedio de bateo de .325 (segundo en Ligas Mayores durante ese periodo), porcentaje de embasarse .424 (primero), porcentaje de slugging .613 (primero), 244 cuadrangulares (segundo), 708 carreras producidas (segundo) y un promedio de Victorias por Encima del Reemplazo (WAR, por sus siglas en inglés) de 47.5 (primero).
Fielder de 2006-11: Promedio de bateo de .282 (empatado en el 71er lugar), porcentaje de embasarse de .391 (11mo), porcentaje de slugging .541 (12do), 228 jonrones (tercero), 646 carreras producidas (sexto) y un WAR de 23.3 (33ro).
¿Impresionantes? Absolutamente. Pero Fielder es un distante segundo lugar en esta carrera.
Pujols también es un mundo mejor a la defensiva y no posee la drástica diferencia en números contra pitchers derechos y zurdos que Fielder tuvo cada año antes de este.
Y luego hay cosas que las estadísticas no miden, como el liderazgo de Pujols y su ética de trabajo, cualidades que el dominicano mostró durante la carrera de los Cardenales para ganar la Serie Mundial.
Al igual que en julio, cuando regresó de una lesión en la muñeca mucho más rápido que cualquiera podría haberse imaginado. O en el Juego 4 de la Serie Divisional, cuando instintivamente se despegó de la base para fildear el tiro del campocorto dominicano Rafael Furcal para poner fuera a Chase Utley antes de que este llegara a la antesala. O en el Juego 3 de la Serie Mundial, cuando Pujols se lució con una actuación de cinco hits, tres cuadrangulares y seis carreras producidas.
"Es el mejor jugador del béisbol", destacó esa noche el jardinero dominicano de los Rangers, Nelson Cruz. "Si alguien va a hacer eso, es él".
Este ni siquiera era un debate hasta que los números de Fielder en 2011 (.299/.415/.566, 38 jonrones y 120 remolques) superaron a los de Pujols (.299/.366/.541, 37 jonrones y 99 remolques).
Aún así, los números de Pujols fueron grandes, y de no haber sido por esos 50 turnos al bate que Fielder tuvo con corredores en posición anotadora, hubieran sido casi idénticos a los del rechoncho primera base en Milwaukee. Pero considerando su edad y todo lo que ha logrado en la última década, algunos pudieran haber considerado el 2011 como el comienzo del declive de Pujols.
Quizás deberían ver sus números más de cerca.
A pesar de su lesión en la muñeca, Pujols bateó para .318 con 28 cuadrangulares - superando el promedio de bateo de .305 y 27 jonrones de Fielder - desde el arranque de junio hasta el final de septiembre, cuando cada juego era crucial para unos Cardenales en ascenso. Luego Pujols procedió a crecerse en los playoffs, bateando para .353 con un porcentaje de embasarse más slugging de 1.155 y cinco vuelacercas en los 18 juegos que le hicieron ganar su segundo título de Serie Mundial.
¿Parece esto el comienzo de su declive?
"El que piense que este hombre ha comenzado a decaer", dijo su compañero Lance Berkman durante el Clásico de Otoño, "simplemente está loco". En esta agencia libre, Pujols es el rey y Prince es, bueno, el príncipe.
Cuatro años, tres meses y 23 días simplemente no son suficientes para llenar esa diferencia de talento.

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