domingo, 11 de septiembre de 2011

DOMINICANA BRILLO EN MAR DEL PLATA

MARIO EMILIO GUERRERO...El seleccionado de República Dominicana no pudo lograr su boleto para los Juegos de Londres en el torneo FIBA Américas de Mar de Plata.
Sin embargo, la actuación del conjunto criollo se puede catalogar de exitosa, puesto que ocupar un cuarto lugar a nivel continental, es una hazaña que debemos destacar. Superar a potencias como Canadá y Venezuela, así como a naciones con mucha tradición como Panamá y Uruguay es algo digno de resaltar. Es preciso recordar que el mejor puesto logrado por nuestro país en un evento clasificatorio para unas olimpiadas, había sido un séptimo lugar en dos ocasiones. El objetivo, de ahora en adelante, debe ser seguir trabajando con igual entusiasmo y buscar la clasificación para las olimpíadas en el evento de repechaje del próximo año.
Gran esfuerzo
El éxito alcanzado es fruto del esfuerzo extraordinario de un grupo de emprendedores deportistas, que durante muchos meses se dedicó en cuerpo y alma al proyecto de la selección nacional. Entre esas personas debemos mencionar en primer lugar a Eduardo Najri, gerente general de equipo dominicano, quien invirtió muchas horas de trabajo y todos los recursos que hicieron falta, para que nuestro país insertara su nombre en exclusivo club de los mejores 4 en el baloncesto continental.
Eduardo reunió los mejores jugadores disponibles y contrató a un cuerpo técnico de lujo. Todos juntos, jugadores y técnicos, conformaron un conglomerado cuya característica principal fue la unión y en el que las individuales fueron dejadas a un lado.
Llegado el momento, la concentración y preparación fue de primera, sin distracciones y en el mejor ambiente, donde atletas y técnicos se aunaron como una familia. Se concertaron fogueos con jugadores de la NBA, además de participar en la Copa Tuto Marchand, evento previo al Preolímpico que terminó de poner a punto al colectivo quisqueyano.
Calipari y sus hombres
Un inmenso crédito merece el coach John Calipari, laureado y cotizado entrenador estadounidense, quien asumió la encomienda de dirigir el seleccionado con una identificación a la causa dominicana, nunca antes vista en un técnico extranjero.
Calipari se compenetró de inmediato con sus muchachos y los adoptó como un padre acoge una criatura para enseñarla, guiarla y verla crecer.
Les inculcó a los baloncestistas criollos que deben jugar en conjunto y les hizo comprender que la única manera de alcanzar la victoria es jugar como un verdadero equipo, olvidando las metas personales. Esa filosofía de juego caló en los jugadores dominicanos y cada uno de ellos entiendo el mensaje y lo aplicó en la cancha. Coach Cal se hizo acompañar un hombre sabio y experimentado como Del Harris, quien no obstante su estatura como entrenador, aceptó ser el segundo al mando.
Harris, un antiguo ganador del premio Dirigente del Año de la NBA, compartió con Calipari sus conocimientos del baloncesto internacional que se juega en los torneo de la FIBA y fue el complemento ideal para el capataz del conjunto quisqueyano.
Grandes técnicos En el grupo de auxiliares de Calipai también figuraron entrenadores como Bill Bayno, un especialista en sistemas ofensivos, quien actualmente trabaja como asistente del dirigente de Portland Trail Balazaer; Rod Strickland, una antigua estrella de la NBA y los dominicanos Orlando Antigua y Luis Felipe López, estos dos últimos ex miembros de nuestra selección.
Strickland y Antigua laboran con Calipari en el equipo de la Universidad de Kenctuky Ellos desempeñaron un rol de suma importancia, asistiendo a Coach Cal en sus labores dirigenciales y laborando en forma individual con los jugadores, buscando pulir sus talentos individuales.
Los jugadores
Sobre los verdaderos artífices de la victoria, nuestros jugadores, hay que resaltar su entrega y dedicación, comenzando por el veterano Jack Michael Martínez y nuestra gran estrella de la NBA, Al Hordord, quienes se convirtieron en los líderes que necesitaba el equipo criollo para trillar el camino del éxito.
Martínez y Horford recibieron el respaldo de una tropa que nunca se rindió, entre cuyos integrantes brillaron, Francisco García, Charile Villanueva y un Eulis Báez. Este último sorprendió a todos con una sólida actuación que llevó a Calipari a incluirlo en el quinteto abridor.
La tenacidad y bravura de Jack Michael impresionó con su desempeño en el área restringida y lo mismo puede afirmarse de Horford, quien desplegó de manera magistral el talento que le ha llevado a descollar en el exigente baloncesto profesional de los Estados Unidos.
Luis Flores y Ronald Ramón, lo mismo que Kevin Peña y Manuel Fortuna, igualmente contribuyeron para que el baloncesto dominicano se luciera en Mar de Plata. Mención especial merece el lesionado Edgar Sosa, quien mientras se mantuvo en juego ayudó a conseguir importantes triunfos. La ausencia de Sosa se sintió, pero al mismo tiempo el joven jugador quisqueyano sirvió de inspiración a sus compañeros.

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