PERSIO MALDONADO
El béisbol es el juego nacional por excelencia. Todos jugamos pelota de alguna manera, en las escuelas, en las calles, en los espacios preparados por esta disciplina y en cualquier lugar en que podamos golpear la bola y correr. Así, la pelota es nuestra máxima representación deportiva en el mundo. Somos, incluso, después de los Estados Unidos, el país que más jugadores tiene en las grandes ligas.
Nuestros jugadores andan por todas partes donde se juega pelota y con números extraordinarios. Su calidad en esta disciplina es excelente. Quizás por eso nos llama tanto la atención cuando en la pelota no nos va bien, pues todos asumimos que ahí es donde tenemos mayores posibilidades de hacer un buen papel. Sin embargo, por lo regular no apreciamos las consecuencias de no hacer en disciplina como esa, las inversiones de lugar.
La pelota se reivindicó al ganar oro en los últimos Juegos Centroamericanos y del Caribe, celebrados en Mayagüez, Puerto Rico. Y también en ese mismo escenario ahora ha ganado a equipos con tradición beisbolera como Estados Unidos y Cuba, para clasificarse al evento mundial, y ha ganado el oro en el evento pre mundial panamericano, y siendo así llama la atención, sin embargo, que el presidente de la Federación Dominicana de Béisbol, Héctor –Tito- Pereyra, haya tenido que tomar un préstamo de 9 millones de pesos para poder enviar el equipo a representar al país.
El béisbol dominicano ha hecho historia en el escenario deportivo nacional, aunque es obvio que no hemos hecho las inversiones que esa historia ha merecido. Por lo regular no sabemos distinguir entre las prioridades, nuestras cosas más importantes.
Sería más que merecido que saquemos de apuros al béisbol.
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